Oración del Navegante de Internet

Señor Jesús, Tu voz calma las aguas en el mar de Galilea. Regálame tu voz, regálame tu acento
y guíame a través del mar del nuevo milenio, este mar inmenso que todos llamamos Internet.

Frente a esta pantalla desfilan los dolores y las esperanzas, los gozos y las angustias de millones y
millones de mis hermanos. Las noticias, las empresas, las conversaciones y los correos son otras
tantas puertas que me acercan a las historias y los corazones de tus hijos, de mis amigos,
aquellos por los que tú, Jesucristo, rogaste con lágrimas en Getsemaní y con tus llagas
y sangre en el Calvario.

Señor, Internet es una ventana a la humanidad, quizá la ventana más grande que hemos tenido
jamás. Dame tus ojos para descubrir detrás de cada rostro que llega a mi ventana ese drama
grande o pequeño que vivimos los hombres y las mujeres del tercer milenio cristiano.

Señor, yo te pido que seas tú mi gran portal; condúceme a los lugares, páginas, chats y correos
que puedan hacerme bien y donde yo pueda hacer el bien. Dame sabiduría y fuerza de voluntad para
evitar lo que pueda lastimar la gracia en mi alma o donde yo pueda hacer daño o dejar de hacer
bien a mis hermanos.

Cristo, tú eres el mensaje que esperamos; tú eres la imagen que necesitamos; porque en ti Dios
Padre ha mostrado la verdad de su amor y de su gloria.

Por eso te ruego, te clamo: llena con la noticia del Evangelio estas conexiones. Saluda desde aquí a
tus hijos, adultos, jóvenes y niños; da un abrazo de amor a quienes se sienten solos; orienta con
piedad a quienes pueden naufragar en estas aguas; únenos más allá del torrente
de bits en un torrente de gratitud, oración y alabanza.

¡A ti la gloria y la alabanza por los siglos! Amén.
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