Dios nos ayuda y provee.
A veces… Nos observa, careciendo aún de lo más simple y necesario, para que se agigante nuestra fe.
A veces… Nos disciplina y enseña, aunque lloremos y gritemos de dolor; Pues Dios, al hijo que ama, disciplina.
A veces… Nos abraza dándonos aliento y fortaleza, cuando más lo necesitamos.
|
|
A veces… Nos observa simplemente. Calla… espera, aunque su silencio nos atormente y desespere. “Pacientemente esperé en Jehová y me libró de todos mis temores.”
A veces… Dios nos da, para luego quitarnos; o nos quita, para luego darnos; como a su siervo Job.
A veces… Nos sacude el nido que nos protege; Para que volemos a Él, confiados, sin nada más: ¡Que sus poderosos brazos.
|
|